Tortuga caretta o tortuga boba

Tortugas típicas del mediterráneo

¿Cuántas especies de tortuga hay en el Mediterráneo?

El Mediterráneo es un mar que tiene 46.000 km2 de costas y su superficie es de 2.5 millones de km2, y, como punto caliente de la biodiversidad, alberga seis especies de tortugas marinas que son un atractivo importante para turistas y ecologistas, pero están en peligro de desaparecer, debido a la acción que sobre ellas ejercen los barcos de pesca.

Las especies más frecuentes son la tortuga boba (Caretta caretta), la tortuga verde (Chelonia mydas) y la tortuga laúd (Dermochelys Coriacea), autóctonas de la península ibérica, que se encuentran en todo el Mediterráneo, pero su distribución depende de la especie y la época del año.

Otras especies son la tortuga kemp (Lepidochelys kempii), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata), que no se observan siempre en el Mediterráneo, y la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), identificada oficialmente el año 2014.

¿Cómo son protegidas estas especies?

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las tortugas marinas están amenazadas en el mundo, toda vez que son asesinadas por sus huevos, carne, piel y caparazón, además de que muchas veces quedan atrapadas, accidentalmente, en las redes de los barcos de pesca.

Otro problema está representado en la continua construcción de edificaciones hoteleras, la ampliación de las vías terrestres o autopistas y la construcción de espigones para prevenir la erosión, que contribuyen a destruir el hábitat de las tortugas de tierra y de los galápagos, ocasionando, así, su migración y muerte.

El Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña (Crarc) ha venido alertando acerca del peligro de los barcos españoles que capturan cada año unas 40 mil tortugas marinas, por lo que, a ese paso, estas especies podrían desaparecer en 80 años.

Si nos atenemos a la tortuga mediterránea autóctona de la península ibérica es fácil predecir cuál será su destino si no se adoptan medidas drásticas de protección, ya que, si bien es cierto que las organizaciones ecologistas actúan en defensa de las especies, la vulneración de las tortugas marinas aumenta cada año.

El Crarc, que tiene su sede en Barcelona, se aboca a la preservación de la fauna marina, tanto animales autóctonos como exóticos, enfrentando una serie de problemas, como las infecciones, los parásitos y las fracturas que presentan las especies que han sufrido las consecuencias de incendios forestales o de la acción desproporcionada del hombre.

En el caso de las tortugas, cada especie necesita de su hábitat para sobrevivir y desarrollarse; por ejemplo, no es lo mismo el hábitat de la tortuga marina que el de las tortugas de exterior, las cuales pueden vivir en jardines, o las de terrario, que son de la selva y el desierto.

Como sea, la preservación de estos animales es de suma importancia en su hábitat marino, pues en todo el Mediterráneo encontramos las especies autóctonas de la península, especialmente en el sur de España, las Islas Baleares y el norte de Marruecos.

Solo en las Islas Canarias no habitan tortugas continentales, pero aquí utilizan sus costas para desovar, motivo por el cual las construcciones ocasionan un daño irreparable en sus posibilidades reproductivas.

Por lo pronto, es de desear que las personas respeten a las tortugas en el momento del desove, y que les abran espacio para que depositen sus huevos en buenas condiciones, sin el ataque de depredadores, para que su población vaya en aumento y no en declive, como ha venido sucediendo en las últimas décadas.

Tortuga mediterránea

¿Cuáles son las características de las tortugas típicas del Mediterráneo?

Tortuga boba. Es la especie de los quelonios más abundante en el Mediterráneo, puede medir 1, 5 de largo y pesar 100 kg, no obstante, según la UICN, está amenazada, al punto de que si no se toman las previsiones para protegerla como se debe, desaparecerá en este siglo por ser muy buscada por los representantes de la industria pesquera que la cazan por su carne, sus huevos y su piel.

La tortuga boba, llamada también tortuga caguama, es autóctona de este mar, donde ocupa toda la cuenca, sin embargo es más abundante en la parte occidental, desde el mar de Alborán hasta las Islas Baleares. Su reproducción abarca buena parte del Mediterráneo, en Grecia, Turquía, Libia, Túnez, Chipre y el sur de Italia. Se estima que existen 2 millones 400 mil tortugas bobas.

Otra de sus especies proviene del océano Atlántico, el cual atraviesa para recalar en el Mediterráneo. Sin embargo, es una tortuga que se encuentra en todos los mares del mundo quizás con la sola excepción de las zonas ártica y antártica.

Además de la pesca de arrastre y la pesca incidental, que las atrapan en las redes de los grandes barcos pesqueros, cada año, produciendo la muerte de miles de ellas, la tortuga boba corre peligro por la contaminación de los mares, lo que provoca que ingieran productos plásticos que también le ocasionan la muerte; por este motivo su población ha descendido en un 40%.

Tortuga laúd. Esta especie de los dermoquélidos es la más grande del mundo, pues puede llegar a medir 3 metros y pesar 800 kilos, por lo que es muy solicitada en la caza y la pesca de tortugas.

Es por eso que se trata de la tortuga que corre mayor peligro de extinción en un futuro no tan lejano, toda vez que los científicos estiman un tiempo de 30 años para su desaparición, por lo que entra en la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Amenazadas.

Aunque la encontramos en el Mediterráneo, la tortuga laúd es común en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, pues, como es muy migratoria, recorre miles de kilómetros de un mar a otro. Se le observa en mar abierto en toda la cuenca, con marcada presencia en el mar Tirreno, el mar Egeo y el estrecho de Sicilia.

También es víctima de la contaminación marina, especialmente por el plástico que ingiere al confundirlo con las medusas que forman parte de su cadena alimenticia, al igual que sucede con las demás especies de su tipo.

Debido a su tamaño, es una tortuga muy llamativa para los turistas. Pero al mismo tiempo, por ese motivo, sus huevos son devorados por perros, aves y otros depredadores de las playas, que contribuyen de esa manera a impedir que su población crezca.

Tortuga verde. Es esta otra integrante de la familia de los quelonios cuyo hábitat es el mar Mediterráneo y los océanos Atlántico y Pacífico. Se concentra en la cuenca levantina, en el mar Adriático y, en menor medida, en el Mediterráneo occidental.

Junto con la tortuga boba, la tortuga verde se reproduce en el Mediterráneo donde se asienta el mayor número de sus miembros, estimados entre 300 mil y 1 millón 200 mil. Su peso normal está entre 90 kg y 150 kg y mide entre 90 cm y 1.5 m. En su edad adulta se transforma en herbívora, pues se alimenta solamente de algas y plantas marinas.

Autor: Roberto Espinosa
mitortuga.net